Transformar el móvil en un monedero electrónico, Wallet, es una vieja aspiración que se está convirtiendo es una realidad, gracias a la generalización de los smartphones y el cambio cultural experimentado por los consumidores.
Desde hace años la industria ha mostrado un enorme interés en los ‘wallets’ y los pagos a través de móviles que ha aumentado gracias al uso ya generalizado de los smartphones, sin embargo, sólo se había materializado en la realización de pilotos de ámbito reducido, derivado de las importantes limitaciones logísticas y del ecosistema comercial basado en las SIMS.
Esta situación ha variado radicalmente desde el pasado año y ha empezado a despegar con la entrada de los grandes players. Visa, MasterCard y American Express, que ya han definido las bases técnicas para ofrecer pagos móviles de forma segura dentro de las redes actuales de pagos, como el HCE (Host Card Emulation). En paralelo, y en línea a dichas bases, cada vez más entidades emisoras están sacando wallets propios que ya permiten realizar pagos móviles en cualquier terminal de venta con capacidad NFC.
A estas dinámicas del mercado se suma la fuerte apuesta realizada por fabricantes como ApplePay y SamsungPay, que se produce de forma paulatina y país a país, pero que tiene una gran capacidad para movilizar a millones de consumidores apasionados por la experiencia de usuario que estos fabricantes ofrecen. Y ya se ha convertido en algo cotidiano. Hoy mismo encendemos nuestra tele y vemos cómo unos anuncios nos animan a pagar desde el móvil, fácil, seguro y divertido… ¿Por qué no?
El pago móvil seguro y universal es una realidad tecnológica, y sólo queda dar un último paso para que su uso se generalice en la población, de la mano de una experiencia de usuario mejorada y de nuevos valores añadidos ofrecidos junto con este servicio de pago.
Según nuestro último estudio sobre Medios de Pago, Tecnocom identificaba tres grandes líneas de innovación: las transferencias electrónicas inmediatas (faster payments), el creciente desarrollo de los wallets móviles y los avances en comercio electrónico y señalaba diferencias en cuanto a su avance entre regiones.
Las iniciativas de transferencias electrónicas inmediatas y de bajo coste, ya presentes en determinados mercados, como el británico (Faster Payments), permitirán avanzar en la reducción del uso del efectivo en el día a día de los ciudadanos, favoreciendo el desarrollo de nuevas aplicaciones como son el pago entre personas P2P (person-to-person) empleando el móvil o los pagos en comercios P2B (person-to-business). En este último punto, los pagos inmediatos podrían incluso amenazar localmente, de forma gradual, el uso de las tarjetas de débito.
En cuanto al comercio electrónico, a pesar de su crecimiento exponencial, existe una problemática no resuelta respecto al balance entre seguridad y usabilidad ya que la aplicación de mecanismos 3-D Secure definidos por las marcas, incluyendo métodos de autenticación del titular como el envío al móvil de un OTP (One Time Password) por parte del emisor, pueden ser una traba para la finalización de la compra, desde el punto de vista de experiencia de usuario.
A estas tendencias emergentes se suma el creciente interés por la tecnología blockchain, conocida por la criptomoneda Bitcoin. Esta tecnología permite la creación de sistemas transaccionales descentralizados, pudiendo ser empleada para otros fines dentro del sector bancario distintos al de Bitcoin (e.g. mensajería asociada al comercio exterior). Las entidades ven diversas posibilidades futuras en su aplicación, y ya se están trabajando en iniciativas que seguramente iremos viendo despegar en el corto o medio plazo.
La pregunta es ¿cuál será el crecimiento de esta nueva forma de pagar en un futuro cercano? ¿Hacia dónde va esta tecnología? ¿Es de verdad el medio del futuro, o una opción a desarrollar con fecha de caducidad? ¿Llevarán a hacer desaparecer el dinero en efectivo o las tarjetas?
Las respuestas seguro que las tendremos en un espacio corto de tiempo, porque todos los actores, banca, operadores, fabricantes de tecnología, apuestan ya de forma firme porque esta modalidad llegue y se instale de forma inmediata en la sociedad. Y no solo en impulsarlo para que lo use el consumidor final, sino que son conscientes de la oportunidad de negocio que significa para todos ellos. Y por ello trabajan ya en realizar una apuesta firme por dos elementos: uno, atraer el interés de comercios y usuarios frente a la gran oferta, y dos, innovar. Sí, seguir innovando para hacer que todo sea mucho más sencillo en el uso, seguro y transparente. Salvar el miedo y la desconfianza que aún existe y convertirlo en algo sencillo como es pagar con tarjeta en cualquier lugar y cualquier sitio.
De igual forma, habrá que estar muy atento a la convivencia de las diferentes modalidades de wallet con pago móvil que se están lanzando en el mercado. No todos los intereses de sus promotores son los mismos, ya que se alternan wallet bancarios propietarios, interesados en seguir manteniendo una cercanía en la experiencia de compra de sus clientes, y otorgarles nuevos valores añadidos, junto a wallets de fabricantes, en los que pueden primar más otros intereses relacionados con la propia venta de terminales, y la búsqueda de un espacio en la intermediación de pagos. No olvidemos tampoco los wallets abiertos, orientados directamente al ciudadano, que aunque tímidamente empiezan a mostrarse, y evidentemente necesitan de un ecosistema de socios complejo, a la larga pueden convertirse en el fiel reflejo digital de nuestras carteras físicas de cuero, y por tanto, alcanzar un puesto destacado en esta carrera frenética de la adopción de uso del wallet, en la que todos estamos inmersos.