A pocas semanas que concluya el sexenio ha llamado la atención los cambios en el organigrama de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que han dado lugar al sospechosismo.
Como es público Jaime González Aguadé es nombrado director general de CFE el 2 de julio del 2012, es decir hace apenas dos meses, y de entre sus primeras acciones fue destituir de su puesto al director de modernización, Francisco Acosta Arredondo quien desempeñaba el puesto desde abril del 2011, para ser sustituido por Luis Arias Osoyo, amigo personal de González Aguadé, y quien carece de mayor experiencia en el puesto.
Ahora, el pasado día viernes 31 de agosto, nuevamente González remueve de su puesto al director de administración, Alejandro Somuano Ventura para sustituirlo por otro amigo personal, en este caso Mauro Sánchez Canales, mismo que tiene la prisa de apoyar al director general en la sustitución del cuerpo directivo de la CFE para privilegiar a determinados amigos en los últimos tres meses de esta administración y así gozar, entre otros beneficios, de la liquidación correspondiente pero a nivel directivo, afectando al patrimonio de la institución y más aun al cabal desarrollo y crecimiento operativo y administrativo de la dependencia.
Estos cambios, que de manera directa benefician al club de cuates de la dirección general que ostenta González, son una muestra de las acciones arcaicas que lamentablemente se presentan aun en nuestro país afectando al patrimonio de las empresas a través del tráfico de influencias con las respectivas preguntas de siempre: Como avanzaran nuestras empresas con este tipo de acciones?, porque y quien las permite?, quien controla este tipo de acciones que atentan contra nuestras instituciones?, que beneficios se buscan al hacer estos movimientos apenas a tres meses de haber un cambio natural de las propias direcciones por cuestiones políticas y de transición?, a quien más le pasaran cuchillo de los actuales directores y quienes se verán beneficiados en esos cambios?, quien es y de donde sale el actual director general que con apenas dos meses en el puesto y a tres de salir se da estos lujos al proteger sus intereses y beneficiar a sus amigos?
Por lo que se sabe el tema ya inquieta en tanto en la secretaría de Energía, como en la Función Pública porque en el gobierno federal y por supuesto en el sector paraestatal se está a pocos días de cerrarse los llamados libros blancos.