La próxima crisis financiera en México seguramente vendrá por el lado de las pensiones públicas, si no se hace nada para garantizar su fondeo.
Aunque en las últimas tres administraciones se ha puesto énfasis en preservar la salud en las finanzas públicas, lo que sin duda ha sido fundamental para sortear la crisis originada por los problemas de deuda en Europa, un tema que ha quedado de lado es poner en orden los planes de pensiones de entidades relacionadas con el gobierno.
Me refiero a los planes de pensiones como el de los trabajadores de Pemex y de organismos descentralizados, la banca de desarrollo, los que manejan gobiernos estales y municipales, e incluso los que garantizan el retiro de la fuerzas armadas y de los trabajadores y maestros de varias universidades.
La mala noticia es que en el ocaso de esta administración ni siquiera la secretaria de Hacienda al frente de José Antonio Meade Kuribreña tiene una idea del tamaño del problema, con todo y que desde 2007 se constituyó el Fondo de Apoyo a la Reestructura de las Pensiones de los Estados (FARP) con nulos resultados.
Ni de lejos de trata de un tema menor, apenas la semana pasada el presidente Felipe Calderón Hinojosa en el aniversario de la Expropiación Petrolera planteo el riesgo que para Pemex significa su pasivo en materia de pensiones que algunos estiman en más de 730 mil millones de pesos.
Como le digo, existe inquietud sobre el tema en algunos círculos del gobierno, incluso hace unas semanas la Auditoria Superior de la Federación al mando de Juan Manuel Portal Martínez ventiló algunos números al referirse a más de 100 sistemas pensionarios públicos que bien podrían alcanzar 100 por ciento del PIB.
Pues bien, fíjese que está por salir a la luz un libro de Pedro Vázquez Colmenares, el actual subdirector de Prestaciones Económicas del ISSSTE, quien hace un diagnóstico del que seguramente será el principal reto para el próximo gobierno en materia de finanzas públicas, amén de la tan traída y llevada reforma fiscal.
Vázquez Colmenares es un experto en el tema ya que desde que estaba en el IMSS se ha ocupado de su estudio y por lo pronto en su libro advierte que en el futuro los analistas no deberán dejar de revisar pie juntillas el llamado Ramo 19 que en el Presupuesto de Egresos aglutina el gasto federal en seguridad social y cubre el déficit pensionario público.
Este año el Ramo 19 tiene una asignación de 367 mil millones de pesos, pero todo indica que alcanzará más de 430 mil millones de pesos porque no se tiene cálculos actuariales precisos, y suele subpresupuestarse.
Como estará la cosa que el Ramo 19 ya es el tercer rubro en el gasto nacional y crece a una velocidad de 20 por ciento anual, lo que a decir de Vázquez Colmenares significará en 2018 la friolera de 1.1 billones de pesos al grado que las pensiones consumirán 1 de cada 5 pesos del gasto público.
Se trata de un gasto que crece de forma exponencial y donde el Ramo 19 de significar 2.2 por ciento del PIB en 2012 pasará a 5.2 por ciento al final de la siguiente administración en 2018.
La idea de Vázquez Colmenares es llevar a l agenda nacional el tema de las pensiones públicas, ya que México de otra forma en pocos años estará encarando una presión en sus finanzas públicas similar a la que encara Grecia, guardando la debida proporción, ya que el país helénico no tiene una renta petrolera como la nuestra, pero que no debería servir de consuelo dadas las prioridades que debe financiar el Estado.
En fin, legisladores, gobernadores, rectores de universidades, directivos de paraestatales, y por supuesto el próximo Presidente de la República deberán tener en su agenda el tema de las pensiones públicas, por lo pronto a pocos días que inicien las campañas presidenciales sería conveniente que se abordara el tema.
La realidad es que los candidatos a la Presidencia no conocen del problema, y de su impacto para las finanzas públicas desde 2013.
