La Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR) define el espectro radioeléctrico como “el espacio que permite la propagación, sin guía artificial, de ondas electromagnéticas cuyas bandas de frecuencias se fijan convencionalmente por debajo de los 3,000 gigahertz”. En términos simples, es el recurso esencial por el que viajan nuestras comunicaciones de voz y contenidos transmitidos, es decir, las calles y caminos por el que transitan los vehículos de la información y la comunicación hasta nuestros dispositivos.
En sentido técnico, el espectro radioeléctrico es un recurso escaso y estrictamente necesario para la provisión de servicios móviles en la actualidad, por lo tanto, su asignación es uno de los pilares para lograr los objetivos de cobertura, calidad, convergencia y competencia que busca promover el órgano regulador y diversas instancias del gobierno federal.
Uso Óptimo de la Banda de 2.5Ghz
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), encargada de establecer y adoptar estándares tecnológicos a nivel internacional, declaró desde hace algunos años que las frecuencias de la banda de 2.5 GHz son óptimas para otorgar servicios de banda ancha móvil de nueva generación y ofrecer capacidades en la transmisión de nuestras comunicaciones mucho mayores a las que existen actualmente en el mercado.
Estas frecuencias que anteriormente eran utilizadas para servicios de televisión y radio restringidos por medio de microondas, han sido sustituidas por nuevas tecnologías que permiten ofrecer servicios de banda ancha móvil de tercera y cuarta generación (3G y 4G-LTE).
De manera consecuente, diversos países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Inglaterra, Australia, Canadá, Noruega, Chile y Brasil, han optado por implementar políticas públicas para la reasignación de esta banda con miras a promover un uso y aprovechamiento más eficiente del espectro en beneficio de la población.
Segmentación de Generaciones Móviles en México
No obstante, la realidad tecnológica en nuestro país dista de parecerse a la que prevalece en estos países. Puesto que tan sólo hace un lustro, la comunicación móvil en México operaba bajo tecnologías pertenecientes a la segunda y tercera generación tecnológica (2G y 3G), con una proporción de 9 de cada 10 líneas en la primera, con capacidades de generación de llamadas, mensajes de texto (SMS), pero una limitada transferencia de datos móviles.
Líneas por Generación Tecnológica Móvil
(Porcentaje del Total)
El panorama actual en las telecomunicaciones móviles identifica una segmentación tecnológica más avanzada en la que aun predomina la segunda generación (58%), pero que ya da cabida a una transmisión de datos móviles más veloz y eficiente para poco más de un tercio de las líneas móviles (35%) y para 7% de éstas, la velocidad y ancho de banda de la red de cuarta generación (4G) posibilita la visualización de contenidos audiovisuales de alta calidad (HD) y habilita de manera efectiva el internet de las cosas.
Esta configuración resulta de la limitada asignación de espectro para que los operadores puedan proveer servicios de nueva generación, así como al acotado despliegue de redes de infraestructura compatibles con estos. Sin duda, el futuro del uso de la banda de 2.5 GHz en México consiste en dotar de servicios más eficientes y veloces para la población, a partir del aprovechamiento de las capacidades de anchura de banda que proveen estas frecuencias.
Aprovechamiento Óptimo del Espectro
Hasta hace algunos años (octubre, 2013) y tras un largo proceso de impedimentos legales promovidos por los hasta ese entonces concesionarios de la banda de 2.5 GHz, la SCT anunció la recuperación de 68% de las frecuencias que van de los 2,500 – 2,690 MHz, con lo que se puso fin a un periodo de aprovechamiento sub-óptimo de ese segmento del espectro radioeléctrico.
Sin embargo, no fue sino hasta junio de este año en el que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) órgano encargado de la asignación y ordenación del espectro radioeléctrico en México, anunció que adoptaría una segmentación de bloques de espectro contiguos y de amplio alcance para la licitación de esta banda que habrá de concretarse el próximo año. Este esquema detonaría economías a escala en la provisión de servicios, es decir que se traduciría en una reducción de costos para los operadores y, por tanto, posibilitaría una oferta de servicios a menores precios para los usuarios finales.
La apuesta para alcanzar una eficiencia del espectro, de fomento a la competencia, de actualización tecnológica, de mejora regulatoria y, sobre todo, de maximización del bienestar de los usuarios, consiste en el concesionamiento de la banda de 2.5 GHz, ya que no hay mayor beneficio para el consumidor que utilizar de manera óptima un recurso tan valioso.