El precio del oro logra revertir su operativa hacia terreno positivo, cotizando alrededor de los $3,360 por onza, lo que representa un modesto pero significativo avance del 0.3%.
Esta alza se dio en respuesta a una serie de datos económicos desfavorables provenientes de Estados Unidos, que han mantenido el atractivo del metal dorado como activo refugio.
La publicación del informe de ADP reveló una creación de empleo privada particularmente débil en mayo, sumando apenas 37,000 nuevos empleos, la cifra más baja registrada desde marzo de 2023. Esta desaceleración, considerablemente por debajo de las expectativas del mercado que anticipaban 115,000 nuevos puestos, introduce dudas sobre la solidez del mercado laboral estadounidense. Aunque este dato contrasta con el optimismo generado por el informe de vacantes laborales JOLTS publicado previamente, la ambivalencia en los indicadores mantiene elevada la atención del mercado hacia el reporte oficial de nóminas no agrícolas (NFP), esperado para este viernes.
Adicionalmente, el sector servicios también aportó señales negativas. El índice PMI ISM de servicios cayó hasta 49.9 puntos en mayo, su primera contracción desde mediados del año anterior. Esta contracción, aunque leve, sugiere un enfriamiento en un sector crucial para la economía estadounidense, lo que fortalece aún más la narrativa alcista en torno al oro.
El panorama internacional también juega a favor del metal precioso. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, pese a los recientes acuerdos de reducción temporal de aranceles, continúan siendo fuente constante de incertidumbre. Recientes acusaciones mutuas de incumplimiento de compromisos entre ambas potencias generan dudas adicionales sobre la estabilidad económica global. Estados Unidos reclama a China retrasos estratégicos en la exportación de minerales raros, vitales para la tecnología y defensa, mientras China denuncia nuevas restricciones estadounidenses sobre tecnologías sensibles como los semiconductores.
En este contexto de incertidumbre macroeconómica y geopolítica, el oro continúa consolidando posiciones cercanas a sus máximos históricos en torno a los $3,400 por onza. Desde una perspectiva técnica, este nivel representa una resistencia crítica, identificada por la extensión de Fibonacci del 161.8% de su anterior estructura alcista. Superar este umbral clave podría desencadenar un movimiento alcista significativo hacia niveles más ambiciosos en torno a los $3,700 por onza, de acuerdo con proyecciones gráficas mensuales.
En síntesis, el metal dorado se mantiene respaldado por una combinación de factores económicos internos decepcionantes y un ambiente comercial externo cargado de tensiones.”
- Análisis de Quásar Elizundia, Estratega de Investigación de Mercados- Pepperstone
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