El espectro radioeléctrico es un insumo indispensable para la prestación de servicios de telecomunicaciones y radiodifusión. En concreto, la demanda de Banda Ancha Móvil (BAM) se encuentra en una etapa de acelerado crecimiento, haciendo del espectro un recurso cada vez más escaso y valioso, de ahí la importancia de asignarlo óptimamente.
Desde la perspectiva económica, el Estado se encarga de la asignación del recurso soberano que representan las frecuencias del espectro apegado a mecanismos de mercado, a través de procesos de subasta.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) anunció recientemente la licitación de 8 bloques de la banda espectral de 1.7 GHz y 2.1 GHz, mejor conocida como la banda AWS (Advanced Wireless Services) a través un formato de subasta combinatoria de reloj, la cual una vez concretada, hará que un tercio del espectro radioeléctrico corresponda a servicios de telecomunicaciones móviles.
La banda AWS es óptima para la prestación de servicios móviles de cuarta generación (4G) bajo la tecnología LTE (Long Term Evolution) que permite optimizar el uso de espectro, a la vez que posibilita la transmisión del servicio de BAM a mayor velocidad.
Al cierre de 2015, se estima que la cobertura de esta tecnología llegue a 8.4% de los usuarios, lo cual resultaría en un crecimiento de 5.6 puntos porcentuales respecto al año pasado.
Sin embargo, para que la banda AWS sea explotada bajo condiciones de optimalidad, no sólo se requiere de redes con tecnología avanzada, sino que las frecuencias de esta sean reordenadas de manera que los concesionarios cuenten con bloques contiguos, permitiendo cumplir la eficiencia técnica de explotación del espectro.
Las bandas de 700 MHz y 2.5 GHz
Además de la banda AWS, el IFT busca asignar la banda de 700 MHz a un precio menor, en razón de la carga regulatoria a la que está sujeta, relativa a obligaciones de cobertura, calidad y prestación no discriminatoria de servicios y aplicable al operador del proyecto de Red Compartida Mayorista.
A partir de ello, se contempló en la Ley de Derechos para el ejercicio de 2016, la reducción de cánones por el uso y explotación de esta banda, pasando de $0.2 a $0.02 dólares por MHz-pop (coeficiente que resulta de multiplicar el número de megahertz asociados a la concesión por la población en el área de servicio contemplada en dicha concesión).
Por otra parte, el Programa Anual de Uso y Aprovechamiento de Bandas de Frecuencia 2016 del IFT, contempla la licitación para uso comercial de las frecuencias disponibles de la banda de 2.5 GHz.
El común denominador de la asignación de estas dos bandas (700 MHz y 2.5 GHz) y la AWS es la prestación de servicios móviles, en particular para ofrecer BAM. Esto resulta congruente con la dinámica del mercado, ya que en 2013, los accesos a BAM (16.6 millones) superaron a aquellos de Banda Ancha Fija (16.0 millones), con un número estimado de conexiones que supera más del doble esa cifra (32.6 millones) al cierre de 2015.
Ciertamente, el espectro radioeléctrico es un insumo cuya explotación debe responder a las fuerzas del mercado, la creciente de la demanda por servicios de nueva generación, así como al avance tecnológico de las redes, factores que se apuntalan al consumo y provisión de servicios de Banda Ancha Móvil.
Todo ello hace del espectro un recurso natural limitado, exigiendo, por parte del Estado, un mayor y mejor aprovechamiento del mismo a través de procesos eficientes de asignación.