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Crisis brasileña pega poco a México

Tiempo de lectura: 4 minutos

dilma rouseff slideLa mayoría de los senadores votó ayer a favor de apartar temporalmente del cargo a la Presidenta Dilma Rousseff, para iniciar un proceso de juicio político, por lo que el vicepresidente, Michel Temer, asumirá la jefatura de Estado de forma interina. Se abre ahora un plazo de investigación de hasta 180 días que concluirá en un nuevo debate en el Senado y en una votación que será ya definitiva. En esa votación será necesario para destituir a la presidenta el apoyo de al menos 2/3 de los Senadores. En caso de destituirla, Temer completará el período restante como Presidente de Brasil.

 

Antecedentes

Brasil enfrenta una triple crisis: una complicada recesión económica, un escándalo de corrupción que involucra a altos funcionarios de los ámbitos económicos y políticos, y una crisis gubernamental que culminó con la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.

La principal acusación contra Rousseff es que violó la Ley de Responsabilidad Fiscal de Brasil. En 2014, justo en su proceso de reelección, Rousseff intensificó la práctica de sobregiros en los bancos comerciales públicos con el fin de realizar pagos dirigidos a sus programas sociales (tampoco le ayuda el escándalo de corrupción en torno a Petrobras, la empresa petrolera estatal, de la que Rousseff fue directora general). El objetivo fue alcanzar la meta de superávit primario sin recortar las transferencias sociales (programa Bolsa Familia) a pesar de los menores ingresos por la caída del precio de los commodities (principales productos de exportación en Brasil).

Dilma asumió que contaría con los recursos para pagar los sobregiros de ese año con los excedentes que el Banco Central de Brasil obtendría el año siguiente por el manejo de la altas reservas internacionales que cuenta el país (370 mil millones de dólares).

De acuerdo a sus detractores, esto es ilegal y contribuyó para ganar las elecciones presidenciales.
Los dos últimos gobiernos en Brasil han sido de izquierda (Lula y Rousseff). A diferencia de la administración de Lula, donde su personalidad afable le permitió contar con un apoyo total a nivel local e internacional, la popularidad de Rousseff bajó considerablemente a partir de su segundo mandato, muy perjudicada por la debilidad económica interna y con características personales como su desdén por el diálogo y su impaciencia en lugar de buscar una negociación.

 

Situación Económica en Brasil.

Brasil se enfrenta a su peor recesión económica en los últimos 80 años. El año pasado, su PIB cayó
3.8% y se espera que tanto este año como quizá el próximo continúe cayendo.

La inflación se encuentra por arriba del 10%, la tasa de desempleo en niveles cercanos al 9%.

Gracias al auge en años pasados en los precios de las materias primas, el gobierno implementó una serie de apoyos a la población lo que incrementó el gasto público. Ahora que los precios cayeron y el gasto se mantuvo prácticamente intacto, los niveles de deuda y déficit público se han incrementado y actualmente alcanzan 75% y -8.7% respectivamente.

 

Reacción de los mercados financieros globales

La reacción inicial en los mercados financieros brasileños y emergentes tras la destitución de Dilma ha sido positiva, pero no borra la incertidumbre en los inversionistas por la situación política y económica del país.

Incluso, este tema ha generado reacciones positivas en lo que va del 2016 para Brasil. A mayo, la moneda (real brasileño) se ha apreciado 12.2% (en 2015 se había depreciado 49%) y la bolsa de valores acumula una ganancia de 21.7% (en 2015 perdió 13.3%).

Los inversionistas ven el tema de la destitución de Rousseff como favorable por dos razones: 1) ven que en Brasil existe un sistema oportuno de rendición de cuentas al más alto nivel y 2) que el vicepresidente Temer, quien entrará de forma interina para dirigir al gobierno, tiene más tendencias y convicción de derecha, lo que podría traducirse en políticas más pro-mercado para buscar recuperar el dinamismo económico del país sudamericano.

 

Impacto en México

El impacto a los mercados financieros mexicanos por la situación política en Brasil ha sido limitado, mostrando poco contagio (positivo o negativo) por el acontecimiento. Actualmente, la moneda mexicana y las tasas de interés se han movido más por el comportamiento del precio internacional del petróleo y de la economía norteamericana que por otras razones. Sin embargo, las empresas mexicanas que se han aventurado a vender sus productos o servicios a Sudamérica, en especial a Brasil, si se han visto afectadas por la debilidad económica del gigante sudamericano.

Actualmente, Brasil es para México su segundo destino de exportaciones en América Latina, sólo detrás de Colombia. Les vende 3.8 mil millones de dólares (1.0% de las exportaciones totales), y las empresas mexicanas han invertido en Brasil con los años cerca de 50 mil millones de dólares.

Kof, América Móvil, Alsea, Bimbo, Rassini son ejemplos de empresas con actividad empresarial en Brasil, que ya han resentido efectos negativos por la difícil situación económica brasileña.

Por otro lado, la situación política y económica en Brasil abre una oportunidad para que México logre diferenciarse favorablemente entre los inversionistas. A pesar de las dificultades, México muestra una mayor estabilidad económica y política que la mayoría de las economías emergentes.