Hasta hace pocos meses, la mayoría le dábamos escasas posibilidades a que Donald Trump pudiera tener una exitosa campaña para convertirse en el candidato del Partido Republicano a la presidencia de EU (algo similar como se pensaba para el tema del Brexit en Reino Unido). Finalmente, la semana pasada de manera oficial fue elegido como el candidato.
Hay una crisis de legitimidad en todo el mundo. El sistema financiero, económico y política necesita renovarse para lograr recuperar la credibilidad entre los ciudadanos. Esto está generando movimientos e ideales separatistas.
Donald Trump se ha caracterizado por anunciar un plan económico que dista de las prácticas consideradas como favorables para los mercados financieros. No sólo eso, sino que también en sus propuestas de campaña se encuentran temas que irían en contra de las relaciones diplomáticas y económicas con México.
Declaraciones de Trump en el sentido de un desconocimiento de los acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales (entre ellos el TLCAN o OMC), las guerras comerciales con países como China, los ajustes a la estructura organizacional a la FED, las modificaciones a la política impositiva y el tema de inmigración, pero sobre todo sus adjetivos racistas que ha utilizado en campaña, son los asuntos que más controversia están causando entre los inversionistas.
Los resultados sorpresivos en el referéndum de Reino Unido (Brexit) orillan a que la mayoría de los agentes económicos necesiten tomar en serio la posibilidad de que Trump se pueda convertir en el Presidente de EU.
Aunque todavía no ha sido muy claro en sus líneas de acción, las medidas que Trump ha anunciado de manera directa con México son: el muro fronterizo, deportar a casi 5.6 millones de inmigrantes ilegales mexicanos, renegociar/salirse del TLCAN y establecer aranceles.
En el caso particular del TLCAN, hay que recordar que en un caso hipotético de que renuncie al tratado, EU es una economía abierta a los mercados globales, con aranceles prácticamente en 0% para todos los bienes, por las cláusulas establecidas en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y al ser México miembro de la OMC, tendría que recibir el mismo trato que las demás economías (trato Nación Más Favorecida). Esto es, si bien puede renunciar al TLCAN, no puede establecer aranceles arbitrariamente porque violaría las cláusulas de la OMC, por lo que tendría que salirse de este organismo y eso tendría implicaciones y afectaciones serias a EU.
Su postura económica tiene cierto grado de demagogia, ya que por un lado propone disminuir significativamente los impuestos, lo que genere un impulso fuerte en los negocios y que esta mejora alcance para aumentos en los recursos militares y en el gasto de infraestructura. Ello sin recurrir en más deuda, misma que criticó de la administración anterior. Su posición es lograr un liderazgo tal que traerá a la mejor persona e idea que permita un mayor crecimiento económico, mayor creación de empleos y mayor seguridad a los ciudadanos.
La principal preocupación de los mercados financieros, es que las ideas proteccionistas y xenofóbicas de Trump se puedan traducir en una importante pérdida de dinamismo económico de EU e incluso en una recesión, lo que empeoraría el entorno de fragilidad de la economía global.
Aunque en el caso de que gane Trump la presidencia vemos poco probable que pueda hacerle cambios significativos a los acuerdos comerciales que EU tiene firmados (como el TLCAN), y que otras propuestas serán detenidas en el Congreso, conforme avance la campaña e incremente popularidad, los mercados financieros irán cubriendo sus inversiones, con la posibilidad de que resulte triunfador, lo que incrementará la volatilidad en los mercados financieros en las semanas o meses previas a la elección.
Sin dudas, las elecciones en EU serán el evento de mayor seguimiento para los mercados financieros en los próximos meses. Esto le agregará volatilidad a los activos financieros. En el caso específico del peso mexicano, podría provocar que entre un espiral de depreciación.
Por lo pronto el discurso de Hillary Clinton del próximo jueves dará tranquilidad o preocupará a los mercados sobre la competencia o posibilidad real que tenga Trump en la contienda.