El peso mexicano cotizó lateralmente el jueves, mientras los mercados evaluaban una serie de señales económicas mixtas.
El índice de confianza del consumidor de mayo subió a 46,7, 1,2 puntos más que en abril. Los hogares mostraron una mejora en su percepción de la situación financiera actual y en sus intenciones de compra, con un aumento de 2,2 puntos en el subíndice de bienes duraderos. Sin embargo, la cifra principal sigue por debajo del umbral de 50 puntos, lo que indica que los consumidores siguen siendo cautelosos.
Esta lectura se produce tras el índice de confianza empresarial del lunes, que subió a 49,5, y una modesta mejora del PMI manufacturero global de S&P hasta 46,7. Junto con los datos de inversión fija bruta del miércoles, estos indicadores sugieren que la confianza privada se está recuperando gradualmente, lo que dibuja unas perspectivas favorables a corto plazo para la moneda. Sin embargo, es probable que la elección judicial del 1 de Junio altere la confianza en el futuro cercano.
La incertidumbre se cierne sobre el panorama, ya que las tensiones comerciales siguen siendo un posible obstáculo después de que Estados Unidos anunciara nuevos aranceles del 50 % sobre las importaciones de acero y aluminio. Aunque México está tratando de obtener una exención, el riesgo de que se prolonguen las fricciones comerciales podría lastrar la confianza y limitar el potencial alcista de la moneda mexicana.
De cara al futuro, los participantes en el mercado seguirán de cerca los datos de inflación y producción industrial de la próxima semana para obtener más pistas sobre la trayectoria de la economía y la política monetaria de Banxico.”
- Análisis de Quásar Elizundia, Estratega de Investigación de Mercados- Pepperstone
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