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Economía incumple a productores de papa

Cuando el expediente del jitomate se complica ahora se ventila que México está por abrir su frontera a la papa fresca de Estados Unidos.

Fíjese que como balde de agua fría acaba de caer información oficial procedente del otro lado del río Bravo en el sentido que como parte de las negociaciones para incluir a México en el tan festinado Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico una de las letras de cambio fue ampliar la apertura a la papa estadounidense, lo que además de traer riesgos fitosanitarios amenaza con acabar con miles de productores del tubérculo.

El tema de alguna forma se veía venir luego que en la administración de Vicente Fox Quesada se limitó la importación de papa gringa a los estados de la franja fronteriza mexicana.

Así, apenas en marzo pasado los productores aglutinados en el Consejo Nacional del Sistema Producto Papa (Conpapa) se reunieron con el secretario de Economía, Bruno Ferrari Garcia Alba quien se comprometió a no empujar una apertura mayor, pero cuál sería la sorpresa que documentos del Departamento de Comercio de Estados Unidos refieren lo contrario, lo que llevaría a una importación libre de arancel y son vigilar las normas fitosanitarias a partir de 2013.

Como imaginará existe extrañeza y molestia entre los afiliados a la Conpapa que dirige Ana Cecilia Ríos, máxime que las diferencias con los productores de Estados Unidos son abismales.

Sirva de comparativo que sólo la producción del estado de Idaho es tres veces mayor a la de México que alcanza 1.5 millones de toneladas al año.

Los amagos de Estados Unidos para incursionar con sus papas de lleno al mercado mexicano vienen del 2002 cuando se acordó que habría apertura solo en la medida en que el tubérculo estuviera libre de nematodos y bacterias, lo que no han cumplido según las investigaciones realizadas en estos años por la Senasica.

Ante tal realidad fitosanitaria la Segarpa de Francisco Mayorga Castañeda había dicho a los productores de papa mexicanos que estuvieron tranquilos, pero pudieron más las presiones del exterior y esta por entregarse el mercado de papa valuado en unos 850 millones de dólares al año.

Añada que como ocurre en muchos temas ligados al campo el impacto de un producto actúa como una onda expansiva, ya que una papa contaminada puede afectar a cultivos afines como jitomate, chile, berenjena e incluso tabaco, lo que no ha sido ponderado por Economía que ha estado más preocupado por impulsar las exportaciones de manufacturas a cambio de afectar al campo mexicano.

La cuestión no para ahí, ya que el cultivo de papa tiene influencia en 22 estados, siendo los más importantes Sonora y Sinaloa con poco más de 40 por ciento, lo que amenaza con un problema social.

Existen en el país 8 mil 700 productores de papa de los cuales dependen 70 mil familias y que implican pagar al año alrededor de 7 millones de jornales.

Cómo se verán las cosas del otro lado del río Grande que la National Potato Board estima que con la apertura de la frontera mexicana podrían ampliar sus exportaciones al año a razón de 150 millones de dólares, lo que va en línea con su plan de generar 2 millones de empleos.

Y bueno, al igual que como ocurre con el jitomate, las elecciones en Estados Unidos elevan la presión para exigirle a México una apertura unilateral al comercio de la papa, ya que el senador por Colorado,  Ken Salazar, quien es hombre cercano a Barack Obama, está moviendo las aguas entre sus pares para impulsar dicha apertura, maxime que el legislador demócrata es nada menos que hermano de John Salazar, el rey de la papa en el vecino país del norte.

Como sea, la postura del secretario Ferrari confirma que el funcionario mexicano esta cediendo a presiones de fuera para colgarse la medalla del todavía incierto Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico, y en estos días vaya usted a saber qué otros sectores como el de la papa saldrán a decir que son perjudicados por dicha negociación.